Llegó el día.Hoy, después de casi un mes, nos hemos vuelto a encontrar.Yo volvía de desayunar y ví que estaba limpiando la moto porque había llovido.Me fuí hacia él pero no se dió cuenta hasta que levantó la cabeza y me vió de frente.
- Hola, qué tal? - le dije seria.
- Hola.No te había visto.Oye, a tí se te ha muerto tu abuela?
Podéis imaginar mi cara de asombro.
- Sí, claro.Te mandé un mensaje para decírtelo.
- ¿ Me mandaste un mensaje? Es que no me acuerdo.¿ Y yo te llamé?
- Sí.Me llamaste a las veintiocho horas de haberte mandado el mensaje.
- Pues sería porque algo pasaría, es que no me acuerdo qué pasó.Y era la madre de tu madre, no?
- Sí, claro.
- Es que acabo de ver el correo que mandaron para decírnoslo, estoy viendo los correos ahora.Era García no se qué, no? Es que nos mandaron un correo con lo de la misa.
-Sí, no he visto el correo pero sé que pusieron carteles por toda la oficina para que la gente lo supiera.
- Y yo no te llamé? Desde aquí?
- Sí, a los seis días.
- Bueno pues lo siento.
( Se acercó para darme dos besos pero yo lo paré)
- No pienses que después de un mes voy a aceptarte el pésame.Te he echado en falta.Me has fallado y mucho.
Se puso el casco.No quería seguir hablando.Estaba muy incómodo.A mí me temblaban las piernas.
- Lo siento, siento haberte fallado.
Me lo dijo como quien mira el cielo y dice que va a llover o como quien mira unas cortinas pensando en cambiarlas.Ese hombre no sentía nada de lo que estaba diciendo.Ese hombre no siente nada por nada ni por nadie.
- Me voy para arriba.
- Lo siento- me volvió a decir.
Pero yo ya no quería seguir allí.Se habían desbordado todas mis previsiones.Mi imaginación, que es mucha, nunca pudo llegar a pensar que él no se acordaba de lo que había o no hecho y mucho menos que me preguntara si se había muerto mi abuela.El colmo del cinismo, de la dejadez, de la idiotez de un tío que no dá para más ha llegado a su fin.
Pensaréis que estoy destrozada, que tengo los ojos hinchados de tanto llorar.Pues ni una lágrima.Estoy sorprendentemente bien.Ya he llorado tanto y mi incredulidad, mi asco y mi decepción es tan sumamente grande que no voy a perder ni un minuto más de mi preciosa vida en alguien que no merece nada.Su mayor castigo es su vida, su soledad.No tiene amigos porque no sabe ser un amigo.No sabe ser persona.Puedo entender que no me quiera, que no esté enamorado de mí pero lo que ha hecho , o mejor, lo que no ha hecho, no tiene nombre.
No estoy mal, de verdad.Pensé que me derrumbaría pero no, tengo una sensación de vacío inmensa, como si acabara de cagar después de un estreñimiento de 10 años.
-